BLOOMSDAY 2021 EN LA BIBLIOTECA VIRTUAL

 


El Festival de Bloomsday es un carnaval literario que se celebra en diferentes ciudades del mundo en honor a James Joyce y a su novela Ulises, cuya historia se desarrolla en la ciudad de Dublín, básicamente el día 16 de junio de 1904. En cada ciudad en la que se realiza el festival los 16 de junio se despliegan distintas actividades que incluyen reuniones en bares, calles, centros culturales e instituciones académicas. En estos encuentros, lectores de toda proveniencia celebran la novela leyendo alguna de sus partes favoritas. También se llevan a cabo otras actividades como encuentros académicos o tours por los lugares de la ciudad de Dublín referidos en la novela, durante los cuales muchos dublineses se visten a la manera en que lo hacían Leopold y Molly Bloom –dos de los tres personajes principales de la novela. 
 
El año pasado, como consecuencia de la pandemia por el COVID-19, en muchas ciudades se organizaron celebraciones virtuales. Un miembro de la Biblioteca Virtual, Sebastián Lipina, pensó que desde este espacio se podría realizar una celebración propia y así se hizo. Ahí tuve la oportunidad de conocer a otras personas que se consideraban tan amigas del Ulises como yo. Me sorprendieron las coincidencias con gente que no conocía y que lo único que nos unía era una actividad tan solitaria como leer un libro con fama de críptico; no esperaba que el intercambio se sostuviera en los recuerdos afectivos con la historia, los personajes, el autor y la transformación que la experiencia de esa lectura nos había dejado. 
 
Quiero aclarar que yo no leí el libro de una sola vez, lo fui haciendo de año en año, me animó a seguirlo de esa manera saber que en un principio las editoras habían podido publicarlo por capítulos, así que tomé esta dificultad de edición en una ventaja como lectora, y me serví de la guía de Francisco García Tortosa, que también es el traductor, junto con María Luisa Venegas Lagüéns, de la versión de Cátedra que tengo. Hubo años en que no lo leí, y otros en que avancé con más de un capítulo, subiendo y bajando por los que había leído antes, con ayuda de la introducción. La celebración de Bloomsday del año pasado me llevó a revisar el conjunto que había leído por intermitencias y hacerme una impresión general. Ese acontecimiento fue un paso más en mi relación con Ulises, y me animó a participar otra vez en este encuentro virtual, implicándome en la organización con Sebastián. 
 
Para esta edición, me gustaría que además de los amigos y amigas del Ulises de siempre, es decir, las personas que ya leyeron el libro y se alegran cuando conocen a alguien que también lo hizo, se acerquen también a la celebración las que lo empezaron y lo dejaron, las que todavía no se animaron y las que piensan que no lo podrían leer, porque creen que es un libro sólo para literatos pretensiosos. Démonos permiso para ser eso también, al menos por un día, es un carnaval, disfracémonos juntos. No olvidemos que detrás de esa dificultad que atraviesa al Ulises están los ecos de las carcajadas de Joyce, doblado sobre su lupa, burlándose de sí mismo por querer describir la complejidad de la vida en este mundo imperfecto, con una herramienta cargada de impericias y malentendidos como es el lenguaje ¿Quién no se impuso alguna vez desafíos que parecían imposibles? ¿Alguna vez consiguieron llevarlos adelante? Joyce lo hizo, se merece un brindis desbordante por ese juego. 
 
El 16 de junio vendría a ser el cumpleaños del Ulises, ¿verdad que las personas que asisten a una fiesta de cumpleaños no son solamente las amigas de toda la vida? A mí me ha pasado de ser una recién conocida de alguien que me invitó a su cumpleaños y que pasada la fiesta, como se habían acabado todos los medios de transporte para volver a casa, me invitó a dormir. Al día siguiente desayuné con su madre y su hermano, así crecen los círculos, no hacen falta que sean cerrados, pueden ser concéntricos. La idea sería que, si alguna vez se animaron al Ulises, lo retomen en el capítulo que lo dejaron, o en un trozo que les haya gustado y nos lean un trocito en video, algunos párrafos en cinco minutos. Si quieren, cuenten qué les sugiere, a qué les hace acordar. El Ulises puede llegar a perdernos en una trampa tan abstracta que la única salida que nos queda es encontrarnos en una palabra, un color, una espuma, un juego de espejos al afeitarse, un olor a jabón de limón o de riñones a la plancha. 
 
Si nos seguimos hasta el 16 de junio, que es el día de la celebración, en el transcurso de las comunicaciones vamos a ir recolectando material que tiene que ver con el libro, con su autor, con las celebraciones en otros sitios, con las viejas amistades que se fueron estrechando al libro y, sobre todo, con guías de lectura que, como bien nos demostró Dante de la mano de Virgilio, son indispensables para avanzar, si queremos mantener la orientación durante el paseo por los círculos del Infierno. El dieciséis todos los videos saldrán juntos en la Biblioteca Virtual y, al final del día, de ser técnicamente posible haremos un vivo entre los que tengamos ganas de conversar y vernos las caras. Si no fuera técnicamente posible buscaremos una alternativa para hacerlo y compartirlo.
 
Como les contaba al principio, el Ulises es un libro que comencé a leer a los 20 años y que siempre estuvo ahí, esperándome con paciencia hasta los cuarenta, ¿Por qué no habría de tenérsela yo a él? ¿Alguna vez tuvieron un amigo o amiga difícil e insoportable que a la vez era capaz de dejar caer frases y ocurrencias cargadas de una felicidad y belleza inesperadas? Con el Ulises pueden llegar a disfrutar de ese tipo de vínculo sin correr el riesgo de enredarse en una relación cargosa, vale la pena, el humor de Joyce es el líquido sobre el que se mueve una bestia caprichosa de más de novecientas páginas, que lleva más de un siglo dando que hablar, déjense mojar por esa gracia. Hay mil cosas en la vida que son complicadas y las hacemos igual. ¿Por qué no regalarnos la lectura de un libro precioso? ¿Se les ocurre de alguien más que pueda tolerarles una procastinación de veinte años? No se lo pierdan, podemos ir en grupo. 
 
Como última cosa dejé un detalle que les puede interesar: con Sebastián decidimos que, este año, el premio para sortear entre quienes participen del Bloomsday virtual sea un libro a elección de quien gane, por el valor de la edición de Ulises traducida por Costa Picazo (ISBN 978-987-628-467-7). Los requisitos para sumarse son relativamente sencillos: deben grabar un video de no más de 5 minutos en el que: (1) lean alguna parte de la novela, comenten sobre la obra, su autor e incluso sobre sus experiencias de lectura; (2) que luego suban el video a su muro personal; y (3) que desde sus muros, el 16 de junio compartan el video en la página de Facebook de la Biblioteca Virtual. De esta forma, durante el 16 de junio tendremos oportunidad de celebrar Bloomsday disfrutando de todas nuestras intervenciones. Por último, quienes participen de la experiencia enviando sus videos recibirán de regalo un mandala hecho por Daniela Pacilio.
Un abrazo

Natalia Reynoso Renzi 


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23/04/2021






Comparto este video para los lectores incipientes del Ulises como yo. Quiero decir que comencé a leer este libro, recientemente, a raíz del entusiasmo de Sebastian Lipina, organizador del Bloomsday el año pasado, miembro de esta BV y fanático del Ulises, aventura acompañada este año por Natalia Reynoso Renzi. Se suma a ello que una gran amiga me ha regalado recientemente la traducción de Costa Picazo.
Soy una lectora en primer lugar de poesía, en segundo lugar de ensayos, y tercero, de narrativa.
No es sólo una cuestión de gusto personal, es un modelo de pensamiento. Cuando leo narrativa, además de dispersarme bastante, irme por las ramas, estoy buscando la palabra poética, esperando con ansiedad cuándo viene el poema, cuándo se va a desbordar mi corazón.
Dicen que hoy es el día del libro, qué mejor entonces que reunirnos en torno a la lectura de uno.
Con estas palabras les recuerdo a todos los miembros de la BV que hasta el 16 de junio están invitados a compartir material que refiera al Ulises, artículos, fotos, videos, reflexiones sobre sus experiencias de lectura de esta obra. Y el 16 de junio a remitir un video leyendo un fragmento del Ulises, del modo en que lo explica Natalia en la convocatoria: "Los requisitos para sumarse son relativamente sencillos: deben grabar un video de no más de 5 minutos en el que: (1) lean alguna parte de la novela, comenten sobre la obra, su autor e incluso sobre sus experiencias de lectura; (2) que luego suban el video a su muro personal; y (3) que desde sus muros, el 16 de junio compartan el video en la página de Facebook de la Biblioteca Virtual. De esta forma, durante el 16 de junio tendremos oportunidad de celebrar Bloomsday disfrutando de todas nuestras intervenciones. Por último, quienes participen de la experiencia enviando sus videos recibirán de regalo un mandala hecho por Daniela Pacilio".

Selva Dipasquale
Administradora de la Biblioteca Virtual

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Como parte del convite que 
Sebastian Lipina
 y 
Natalia Txt
 han extendido para la celebración del Bloomsday en la Biblioteca Virtual, comparto una imagen maravillosa de Marilyn Monroe que la fotógrafa Eve Arnold capturó en 1955 en Long Island, en los ratos libres de la actriz cuando participaba de filmaciones.

Daniela D. Pacilio
Administradora de la Biblioteca Virtual

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Otra bellezura para la celebración anticipada del Bloomsday 2021. David Nowlan, artista plástico irlandés, escribe: Mi propósito es familiarizar a la audiencia con un encuentro festivo con Joyce, pintar los muchos matices de los escritos que imprimIeron un ritmo y un color completamente nuevos a la escritura en el siglo XX para inspirar a muchos otros escritores y artistas.
  • Joyce con moño
  • Perfil azul
  • Joyce pensativo







Daniela D, Pacilio

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EL PRIMER BLOOMSDAY




Bloomsday es una conmemoración y celebración de la novela Ulises y de la vida del escritor irlandés James Joyce. Se realiza anualmente en la ciudad de Dublín (ciudad natal del escritor), así como también en diferentes ciudades de todo el planeta, todos los 16 de junio. Este es el día en que los acontecimientos de la novela Ulises tienen lugar en el año 1904, que coincide con la fecha del primer encuentro entre Joyce y su futura esposa, Nora Barnacle. La palabra compuesta inglesa “Bloomsday” refiere al día de Bloom, en referencia a su protagonista Leopold Bloom.
La primera mención de tal celebración se encuentra en una carta del mismo James Joyce a Miss Weaver, fechada el día 27 de junio del año 1924. En ella hace referencia a un grupo de personas que celebraban lo que llamaban el día de Bloom.
En el año 1954, para el 50° aniversario de los acontecimientos de la novela, el artista, crítico y editor John Ryan y el escritor Brian O'Nolan organizaron lo que sería una peregrinación de un día a lo largo de la ruta de Leopold Bloom… o Ulises. A ellos se les unieron Patrick Kavanagh, Anthony Cronin, Tom Joyce (un primo del escritor) y AJ Leventhal (profesor de francés en el Trinity College de Dublín). Ryan contrató dos taxis tirados por caballos, del mismo tipo antiguo en los que en la novela Leopold Bloom y sus amigos eran conducidos hacia el funeral de Paddy Dignam. Durante la celebración el grupo se asignó roles para representar a diferentes personajes de la novela. Cronin representó a Stephen Dedalus, O’Nolan a Simon Dedalus (padre de Stephen), John Ryan al periodista Martin Cunningham y A.J. Leventhal a Leopold Bloom. Planearon viajar por la ciudad durante todo el día, comenzando en la torre Martello en Sandycove (donde comienza la historia), visitando luego los diferentes lugares referidos en la novela, y terminando a la noche en lo que alguna vez fue el barrio de burdeles de la ciudad, área que Joyce había llamado Nighttown. La peregrinación fue abandonada a mitad de camino, cuando los peregrinos sucumbieron a la ebriedad en el pub Bailey del centro de la ciudad –que entonces era propiedad de Ryan quien en el año 1967 instaló la puerta del Número 7 de la calle Eccles -puerta principal de la casa en donde vivían Leopold y Molly Bloom-, luego de rescatarla de la demolición del edificio.
El video que acompaña a esta entrada muestra algunas imágenes de este primer Bloomsday.
Abrazos.

Natalia y Sebastián.


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James Joyce (Dublín, 1882-Zúrich, 1941) visto por Tullio Pericoli


El destino en español del Ulises

Juan José Saer

"El objetivo de una traducción no es exhibir la erudición de su autor, ni su conocimiento del idioma de origen, que son por cierto condiciones necesarias pero no suficientes para emprender el trabajo, sino incorporar un texto viviente a la lengua de llegada. Que cada época, así como cada área lingüística, requiera nuevas traducciones de textos clásicos, es evidente, pero el hecho no exige que sea obligatorio denigrar las anteriores.

José Salas Subirat no era ni catalán ni chileno como la vaguedad usual de cierto periodismo literario pretendió revelar más de una vez; nació en Buenos Aires el 23 de noviembre de 1900 y murió en Florida, una localidad bonaerense, el 29 de mayo de 1975. Está enterrado en el cementerio de Olivos. Fue autodidacta y trabajó, entre otras cosas, como agente de seguros, oficio sobre el que escribió un manual: El seguro de vida, teoría y práctica. Análisis de la venta, que publicó en 1944, es decir, un año antes de que saliera la traducción de Ulises. En los años cincuenta publicó libros de autoayuda, como La lucha por el éxito El secreto de la concentración, y una Carta abierta sobre el existencialismo, que Santiago Rueda incluyó en su catálogo. Pero había escrito novelas sociales y artículos en la prensa anarquista y socialista de los años treinta, y un libro de poemas, Señalero.

De su obra literaria, probablemente la traducción de Ulises sea la más perdurable realización. Pero sus libros de autoayuda y su tratado sobre la venta de seguros no resultan ni risibles ni indiferentes para quien ha leído a Joyce: Leopold Bloom hubiese podido escribirlos. El primer traductor de Ulises debe haber sentido lo que siente cada lector de verdadera literatura: que el libro que está leyendo habla sobre todo de él, del lector, y no de un mundo extranjero y lejano. Esa intensa revelación ha de haber sido el motor de su trabajo, que le permitió expresar su propia vida a través de un texto ajeno. Porque algo es seguro: dejando de lado las discusiones teóricas y técnicas sobre la traducción, es imposible no reconocer que el mundo de Ulises se parece más al de J. Salas Subirat que al de sus sucesores académicos".

Publicado en el suplemento Babelia de El País (12-jun-04)

 https://elpais.com/diario/2004/06/12/babelia/1086997822_850215.html?fbclid=IwAR0EKmRZENQa4SdcFcIcGaWVu2Zd5ovMFp4YqVBT1jg8G2rLogYzeLiqJaQ


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Así se festeja un Bloomsday en Dublín!





Rita Kratsman


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TIPS PARA LEER EL ULISES

Dana Botti es la hospedadora del sitio de Youtube #CompartimosLiteratura, para el cual creó el ciclo “Especial Ulises” en el que comparte algunos tips que nos parecen muy atinados para comenzar su lectura. Creemos que su propuesta se ajusta muy bien a la consigna de este Bloomsday 2021 de la Biblioteca Virtual: celebrar el Ulises desde la condición de lectores. 
Queremos compartir una actualización sobre el tip #1: después del video realizado por Dana Botti, aparecieron otras traducciones al castellano que vale la pena tener en cuenta, como por ejemplo la de Rolando Costa Picazo.  
Esperamos que este material estimule la lectura del Ulises en aquellos que aún no lo han intentado y también en aquellos que si lo han hecho pero precisan de más oportunidades o ñoños, al decir de Dana Botti.




Natalia y Sebastián.


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En la Revista Margaritas en la Biblioteca se encuentra todo el material que acercaron los miembros y la organización del Bloomsday el año pasado, en los días previos al 16 de junio y las lecturas de ese mismo día.
Invitamos a todos y todas los que participaron en 2020 a que vuelvan a participar de esta experiencia y, también, en 2021, a quienes no lo hicieron aún. Para sumarse no hace falta ser especialistas en el Ulises de Joyce, también, pueden ser lectores incipientes del libro. La idea es reunirse en torno a la lectura del Ulises adentrándose en una aventura compartida.
Las reglas para participar se encuentran en este enlace:




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LA VUELTA AL MUNDO EN 67 BLOOMSDAYS 

La búsqueda de celebraciones de Bloomsday en el mundo arroja una cantidad de resultados que hace imposible la tarea de un resumen suficientemente digno. La sensación es la misma que produce la lectura de Ulises: parece un Aleph borgiano. En lo que sigue, compartimos una selección totalmente sesgada de acuerdo con lo que fuimos encontrando en diferentes fuentes. 

DUBLIN: EL EPICENTRO

Desde su primera edición en el año 1954 (ver entrada anterior), las celebraciones de Bloomsdays continuaron teniendo su epicentro en la ciudad de Dublin. Allí, cada 16 de junio se realizan distintas actividades culturales que incluyen lecturas y dramatizaciones de Ulises, así como también recorridos por los diferentes lugares referidos en la novela, incluyendo pubs en los que se ofrecen salchichas, fiambres, tostadas, porotos y budines blancos y negros. Algunos de estos eventos son organizados por el Centro James Joyce. Los participantes más entusiastas suelen vestirse con trajes de estilo eduardiano y recorren la ruta de Leopold Bloom por la ciudad (en el video que acompaña esta nota se pueden ver ejemplos de muchas de estas actividades que ilustran el clima de celebración). En algunos casos, las maratones de lectura de fragmentos de Ulises han llegado a durar hasta 36 horas. La Torre y Museo James Joyce, donde transcurre el primer capítulo de Ulises, alberga muchas actividades gratuitas que incluyen representaciones teatrales, eventos musicales, recorridos por la icónica torre y lecturas de Ulises.

AMÉRICA LATINA TAMBIÉN VIBRA AL RITMO DE ULISES

Varios países han celebrado o siguen celebrando Bloomsday. En Argentina, se conmemoró o conmemora en diferentes ciudades -por ejemplo Buenos Aires, Catamarca o Rosario- a través de lecturas y conferencias organizadas por la Embajada de Irlanda, la Biblioteca Nacional, instituciones académicas, organizaciones civiles y notas de escritores, críticos y periodistas en distintos medios de comunicación. El recuerdo de la celebración también ha sido abordado en notas periodísticas y sitios web literarios en al menos Bolivia, Chile, Cuba, Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. En México, desde el año 2008 escritores y lectores de Ciudad de México homenajean a la novela con el Bloomsday ranchero. A ellos se ha sumado la ciudad de Saltillo que ha organizado la misma celebración en las calles y en cantinas. En el año 2015, escritores, críticos y lectores participaron de una caminata joyceana por la Avenida de los Insurgentes que duró toda una tarde hasta el anochecer. En Brasil, muchas ciudades han tenido y tienen actividades de celebración. Por ejemplo, en San Pablo hay Bloomsdays desde el año 1988. También hay lecturas, representaciones y personas que se disfrazan de Leopold y Molly Bloom, o de James Joyce. En el año 2014, lectores y actores paulistas realizaron una caminata con paradas en las que iban realizando representaciones teatrales hasta llegar al pub Finnegan´s, escenario principal del Bloomsday de San Pablo. Una vez allí, desde las 7 de la tarde se inició un programa de actividades orientadas a explorar el humor en Joyce. Ese mismo año, en Río de Janeiro la Escola Letra Freudiana organizó una ponencia seguida de lecturas y brindis; y en 2019 la celebración se denominó MollyBloomsday y fue dedicada completamente a Molly Bloom. También se han realizado conmemoraciones en Belo Horizonte, Brasilia, Florianópolis, Belo Horizonte, Porto Alegre, Natal, Santa María. 

AMÉRICA DEL NORTE

En Canadá, desde el año 2012 la ciudad de Montreal organiza un festival Bloomsday de cinco días de duración que incluye lecturas, talleres académicos, proyección de películas, conciertos musicales, espectáculos de cabaret, recorridos a pie por las zonas de la ciudad con historia de inmigración irlandesa, eventos en pubs irlandeses y conferencias de expertos en Ulises. En Estados Unidos Bloomsday se celebra en diferentes ciudades. Por ejemplo, en el año 2014 la Biblioteca del Barrio de Georgetown en Washington organizó una maratón de lectura dramática de Ulises en la que participaron escritores, actores y académicos durante más de 33 horas. La maratón concluyó con la interpretación del monólogo de Molly Bloom -último capítulo de la novela- por parte de la cantante de ópera Laura Baxter. En Filadelfia, la Biblioteca Rosenbach –hogar del manuscrito de la novela- celebra Bloomsday desde el año 1992 a través de un festival callejero con lecturas de vecinos, funcionarios, actores, estudiantes y profesores de distintas universidades de la ciudad.  La ciudad de Nueva York suele tener varios eventos en Bloomsday: lecturas informales en el pub Ulysses; un discurso anual de la Asociación Irlandesa de Abogados de Nueva York que lleva el nombre de John Quinn -el abogado que defendió a los editores de Ulises en su juicio por obscenidad en el año 1922-; lecturas de actores de Brodway; o competencias para los apasionados mejor vestidos como Molly y Leopold Bloom. El Centro Irlandés de Kansas City realiza un festival anual desde el año 1995 que incluye proyección de documentales, lecturas, presentaciones de bailes irlandeses y la actuación de baladistas de Dublin. El Syracuse James Joyce Club, de la ciudad de Siracusa, celebra el Bloomsday anualmente en un pub irlandés donde se realizan lecturas y se presentan dramatizaciones. Además, el club otorga becas y premios a estudiantes que presentan ensayos sobre Joyce o ficciones basadas en su trabajo. En la librería Powell´s Books de Portland (Oregon, Estados Unidos) se presenta anualmente una lectura de la novela en su totalidad, repartida entre escritores y lectores de Joyce. Actividades de todos estos tipos se verifican en otras ciudades como Cleveland, Detroit, Los Ángeles, Norfolk, Phoenix (Arizona), Portland (Maine), Tulsa, Wichita y Worcester. 

ULISES TAMBIÉN VIAJA A AFRICA, ASIA, EUROPA Y OCEANIA

En diferentes ciudades de estos cuatro continentes se celebran Bloomsdays a través de recitales de lectura, representaciones teatrales, transmisiones radiales (como las de la BBC en Reino Unido) y reuniones en pubs irlandeses: Agulo, Auckland, Barcelona, Beirut, Berlin, Bruselas, Cambrdige, Clonakilty, Estambul, Estocolmo, Fuengirola, Galaway, Gornji Milanovac, Gotinga, Granada, Hastings, Helsinki, Hong-Kong, Kutaisi, La Gomera, La Haya, Leeds, Lisboa, Liubliana, Londres, Madrid, Málaga, Melbourne, Oslo, Oxford, Paris, Posnan, Praga, Pula, San Petersburgo, Santiago de Compostela, Sidney, Tel Aviv, Tiflis, Tokio, Varsovia, Zaragoza y Zurich. En Sevilla, desde el año 1977 escritores y lectores realizan congresos y seminarios, itinerarios en los que personas y torres representan personajes y lugares de la novela, e ingesta de cerveza a la orilla del Guadalquivir -que en la mente de los entusiastas sevillanos joyceanos se transforma en el río Liffey de Dublin-. En la ciudad húngara de Szombathely -lugar de nacimiento ficticio del padre de Leopold Bloom- se celebra Bloomsday en los restos de un templo romano y en la mansión Blum. En Italia suelen haber eventos en Trieste, ciudad en la que Joyce escribió la primera parte de Ulises, y en Génova. En esta última, estudiantes, profesores y actores realizan lecturas entre las 9 de la mañana del 16 de junio y las primeras horas del 17 de junio. Las lecturas tienen lugar en dieciocho lugares diferentes del casco antiguo, uno para cada capítulo de la novela. Respecto al continente africano, al menos en Egipto la Embajada de Irlanda ha organizado eventos para Bloomsday.

BLOOMSDAYS PANDÉMICOS

La pandemia por COVID-19 no frenó la celebración del día de Bloom. En 2020 los principales centros en los que se venía celebrando continuaron haciéndolo en forma virtual. A tales esfuerzos se sumaron los de otras organizaciones, grupos y espacios virtuales en todo el mundo, como el de la Biblioteca Virtual. Y para este año 2021 ya se está planificando otro tanto. 
Compartimos apenas algunos ejemplos entre las decenas que se pueden encontrar por estos días en la web.
En el epicentro irlandés, el Centro James Joyce de Dublin ya incluyó anticipos de sus actividades, que este año vuelven a incluir lecturas, discusiones, representaciones, conferencias, exposiciones de arte y concursos. También invitó a otros grupos de todo el mundo a compartir información sobre sus propias celebraciones para publicarla en su sitio web. Ya les hemos enviado la información sobre nuestra celebración en la Biblioteca Virtual. También en Dublin, la Olivier Cornet Gallery realizará una exhibición retrospectiva virtual dedicada a los Bloomsdays que allí se celebraron en los últimos cinco años. Y el Museo de la Infancia de Irlanda organiza una competencia literaria para niños, a quienes invita con la consigna de escribir una historia acerca de un día en sus vidas, siguiendo el espíritu de Joyce y el Ulises.
En el otro epicentro de la celebración de Bloomsday, la Biblioteca Rosenbach de Filadelfia (Estados Unidos), también ya se han anticipado lecturas, conferencias, exposiciones de arte y concursos.
En América Latina, en febrero de 2021 los editores de la revista mexicana “Nuevas Poligrafías. Revista de Teoría Literaria y Literatura Comparada”, lanzaron una convocatoria invitando a especialistas en el área de la literatura, las artes y las humanidades en general para enviar artículos inéditos y originales que reflejen la vitalidad de la obra de Joyce y reflexionen sobre sus alcances en el mundo actual. Las contribuciones serán publicadas en el número de agosto de este año.
Como verán, aún en pandemia Ulises continúa reuniéndonos para celebrar su lectura y su profunda humanidad. 
Abrazos,

Natalia y Sebastián.

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BLOOMSDAY 2021 EN LA BIBLIOTECA VIRTUAL: LIVING/ZOOM SOBRE EXPERIENCIAS DE LECTURA





Tal como lo hemos anunciado en nuestros envíos, este año el objetivo central es la celebración de la lectura del Ulises. Para continuar fomentando tal espíritu invitamos a todos los lectores de la Biblioteca a compartir sus experiencias de lectura con otros lectores en un living de Zoom. La idea es conversar una tarde de sábado a confirmar, grabar el encuentro y luego compartirlo como parte de la celebración del 16 de junio. Los que estén interesados por favor escríbanle un mensaje en privado a Sebastian Lipina expresando su interés de participar y enviando una dirección de correo electrónico para poder luego administrar la invitación al Zoom. 




Abrazos.

Natalia y Sebastián.


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MOLLY BLOOM

Marion, la Penélope de Leopold (quizá inspirada en Nora Barnacle –esposa de Joyce-, o en Amalia Popper –alumna de inglés de Joyce en Trieste), nació en Gibraltar en 1870. Se casó con Leopold en 1888, con quien tuvo dos hijos: Milly y Rudy, cuya muerte once días después de su nacimiento fue origen de un trauma psicológico que le impedía tener relaciones sexuales… con Leopold. El 16 de junio de 1904 Molly planea un encuentro sexual con su representante como cantante lírica, Boylan. El último capítulo de Ulises, legendario en la historia de la literatura, es un monólogo interior de Molly en el que libera su imaginación y sus memorias de manera tan profundamente conmovedora, que la ausencia de signos de puntuación no representa ningún obstáculo para la lectura.  
Sobre Molly Bloom se han escrito todo tipo de ensayos y homenajes, desde la más excelsa crítica literaria hasta el más enardecido punto de vista feminista –después de todo, Joyce es un hombre que escribe a una mujer y eso no puede escapar de ninguna forma a la interpelación del movimiento feminista de nuestro tiempo. En particular, el monólogo interior del último capítulo también ha sido motivo de lecturas interpretadas por actrices de todo el mundo. Tal es el caso, por ejemplo, de Cristina Banegas, quien fue entrevista por la escritora Silvia Hopenhaym para el ciclo “Mujeres x hombres”, a propósito de Molly Bloom. 
Esperamos que lo disfruten.

Natalia y Sebastián.



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ULISES: UN MÚSICO COMO LECTOR 






En esta edición 2021 del Bloomsday el tema transversal de la celebración es la experiencia que la lectura de Ulises nos genera como lectores. Es decir que partimos del supuesto que hay tantas experiencias como lecturas posibles, al punto de que un mismo lector puede tener diferentes experiencias en la medida en que emprende su relectura en distintos momentos de su vida –tal es el caso de algunos de los lectores de la Biblioteca Virtual que han compartido sus experiencias-. 
En esta ocasión, para continuar celebrando el Bloomsday 2021, queremos compartir la historia de lectura del músico Pedro Halffter, cuya experiencia lo llevó a componer música inspirada y dedicada al Ulises. 
¿A qué otras experiencias habrá hecho ir el Ulises a sus diferentes lectores? Queremos invitar a todos a quienes quieran compartir sus experiencias a un living-Zoom de la Biblioteca Virtual. La idea es organizar y grabar un Zoom para subirlo el 16 de junio a este sitio. Los que estén interesados por favor envíen un mensaje por privado a Sebastián Lipina.  
Que lo disfruten.

Natalia y Sebastian


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El James Joyce Center de Dublin presenta una exhibición de retratos sobre Joyce y Ulises realizadas por el artista plástico David Nowlan, quien comparte su experiencia con el siguiente texto (traducción nuestra):
“Me sentí inspirado a usar los colores que Joyce utilizó en sus imágenes de Irlanda y en sus ideas para dar vida a estas imágenes desvaídas. En la portada de la revista Time del 8 de mayo de 1939 vemos un retrato de Joyce a los 57 años con lentes y usando una lupa para leer, realizado por Gisele Freund. Debe haber sido frustrante, agotador y abrumador para él estar perdiendo la vista, teniendo tantos problemas para tratar de hacer lo que más debe haber amado hacer… leer. Entonces, jugué con la pintura de sus ojos, haciéndolos extraños, esperanzados, maravillosos. Mi objetivo es volver a familiarizar a la audiencia con un Joyce colorido, recién descubierto, para pintar con los múltiples colores de sus escritos, que trajeron ritmo y color completamente nuevos a la escritura del siglo XX, y que inspiraron a muchos otros escritores y artistas”.
Que disfruten la exhibición
Natalia y Sebastián.


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DUBLINESCA




Se dice que el Ulises de Joyce tiene la capacidad de crear un libro nuevo en cada lector con el que se encuentra. Esta premisa la ha tomado al pie de la letra el escritor catalán Enrique Vila-Matas, que en más de una ocasión ha expresado su entusiasmo por el Ulises, al punto de haber creado con algunos de sus amigos la orden de Finnegans, con quienes durante muchos años se han encontrado los 16 de junio para celebrar el Bloomsday en Dublín. La amistad con los otros caballeros de la orden ha tenido sus altibajos, pero su pasión por el universo que propone Joyce se mantuvo intacta y lo ha llevado a buscar habitar con su escritura la ciudad de Dublín. De ese recorrido ha nacido Dublinesca, una novela que se basa en el capítulo seis del Ulises.
En este video Vila-Matas nos lee unos fragmentos de su novela; y podremos verlo pasear por la ciudad con la que todo aquel que se haya adentrado en el Ulises ha fantaseado con visitar.
Esperamos que lo disfruten,
Sebastián y Natalia

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James Joyce
En un día del hombre están los días del tiempo, desde aquel inconcebible día inicial del tiempo, en que un terrible Dios prefijó los días y agonías hasta aquel otro en que el ubicuo río del tiempo terrenal torne a su fuente, que es lo Eterno, y se apague en el presente, el futuro, el ayer, lo que ahora es mío. Entre el alba y la noche está la historia universal: Desde la noche veo a mis pies los caminos del hebreo, Cartago aniquilada, Infierno y Gloria. Dame, Señor, coraje y alegría para escalar la cumbre de este día.

Cambridge, 1968

Jorge Luis Borges, Antología poética, 1923-1977, Alianza Editorial, Madrid, 1998.
Foto: Gisèle Freund


Cartelera de la Biblioteca Virtual



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BORGES Y JOYCE





Hoy les compartimos algunos de los aportes que hizo Borges para la lectura del Ulises: por un lado, dos poemas del libro “Elogio de la sombra”; y por el otro, una preciosa charla que dio en la Universidad de La Plata. Se sabe que Borges tradujo algunas páginas del libro que nos convoca. Seguramente si lo hubiese traducido entero estaríamos estudiando qué partes corresponden a su imaginación y cuáles a las de Joyce, como si se tratase de una puesta en práctica de la tesis del cuento Pierre Menard. No dejaría de haber cierta lógica irónica en que el escritor que desdeñó la confección de novelas se hubiera dedicado a la traducción de la novela en donde se espejaron y se perdieron infinidad de lectoras y lectores. Para todas ellas y todos ellos está dedicada esta charla que pone en duda aquella frase en la que Borges decía que no había nadie que hubiera leído el Ulises entero. ¿Cómo no tomar en broma una confesión de ese tipo, después de escuchar el entusiasmo que desprende en la conferencia que les enlazamos?
Abrazos
Sebastián y Natalia

JAMES JOYCE

En un día del hombre están los días
del tiempo, desde aquel inconcebible
día inicial del tiempo, en que un terrible
Dios prefijó los días y agonías
hasta aquel otro en que el ubicuo río
del tiempo terrenal torne a su fuente,
que es lo Eterno, y se apague en el presente,
el futuro, el ayer, lo que ahora es mío.
Entre el alba y la noche está la historia
universal: Desde la noche veo
a mis pies los caminos del hebreo,
Cartago aniquilada, Infierno y Gloria.
Dame, Señor, coraje y alegría
para escalar la cumbre de este día.

INVOCACIÓN A JOYCE

Dispersos en dispersas capitales,
solitarios y muchos,
jugábamos a ser el primer Adán
que dio nombre a las cosas.
Por los vastos declives de la noche
que lindan con la aurora,
buscamos (lo recuerdo aún) las palabras
de la luna, de la muerte, de la mañana
y de los otros hábitos del hombre.
Fuimos el imagismo, el cubismo,
los conventículos y sectas
que las crédulas universidades veneran.
Inventamos la falta de puntuación,
la omisión de mayúsculas,
las estrofas en forma de paloma
de los bibliotecarios de Alejandría.
Ceniza, la labor de nuestras manos
y un fuego ardiente nuestra fe.
Tú, mientras tanto, forjabas
en las ciudades del destierro,
en aquel destierro que fue
tu aborrecido y elegido instrumento,
el arma de tu arte,
erigías tus arduos laberintos,
infinitesimales e infinitos,
admirablemente mezquinos,
más populosos que la historia.
Habremos muerto sin haber divisado
la biforme fiera o la rosa
que son el centro de tu dédalo,
pero la memoria tiene sus talismanes,
sus ecos de Virgilio,
y así en las calles de la noche perduran
tus infiernos espléndidos,
tantas cadencias y metáforas tuyas,
los oros de tu sombra.
Que importa nuestra cobardía si hay en la tierra
un solo hombre valiente,
qué importa la tristeza si hubo en el tiempo
alguien que se dijo feliz,
qué importa mi perdida generación,
ese vago espejo,
si tus libros la justifican.
Yo soy los otros. Yo soy todos aquellos
que ha rescatado tu obstinado rigor.
Soy los que no conoces y los que salvas.


Jorge Luis Borges


***

James Joyce retratado por Djuna Barnes



Para retratar al autor del Ulises -obra que recientemente había sido publicada-, la escritora Djuna Barnes frecuentó el entorno íntimo de Joyce durante cuatro meses. En 1985, un conjunto de entrevistas, retratos y notas realizadas por Barnes para las más prestigiosas revistas y diarios estadounidenses fueron reunidas en Perfiles, una antología de sus mejores trabajos en la que se amalgama el vigor de la escritura literaria junto al género documental como testimonio de la época. En Perfiles se incluyen algunos dibujos a pluma de la propia Djuna Barnes que acompañaron las publicaciones originales. La siguiente entrevista fue publicada por la revista Vanity Fair en marzo de 1922.
Retrato del hombre que, al presente, es una de las figuras más significativas de la literatura -Por Djuna Barnes-
"Hay hombres en Dublín que te dirán que una gran voz ha desaparecido de Irlanda; y unas pocas mujeres, perdidas en la juventud, que añadirán: “una noche estaba cantando y a la siguiente no, ¡y no ha habido silencio comparable a aquel!” Porque la voz cantante de James Joyce, autor de Retrato del artista adolescente y de Ulises, se dice que era insuperable. La idea de que Joyce una vez fue cantante acaso no llegue a ser una revelación para el lector ocasional de sus libros; se debe tal vez haber pasado una de esas noches extrañamente distantes con él, o haber leído pasajes de su Ulises, cuando aparecía en The Little Review, para darse cuenta de la calidad cantarina de sus palabras. Pero la tradición tiene para sí que un cantante debe tener una pizca de fanfarronería, un gozoso poner primero la pierna derecha y luego la izquierda, y un suspiro o dos de este lado del claustro, y Joyce no tenía nada de eso.


Yo había leído Dublineses con café durante la guerra, había estado en uno o dos comités de teatro lo suficiente para sugerir la producción de Exiliados, su única obra. Había devorado El Retrato..., apoyada sobre un codo y luego el otro, pero no fue hasta que llegué a su última obra que sentí al cantante. Líneas como: “So stood they both awhile in wan hope sorrowing one with other” o “thither the extremely large wains bring foison of the fields, spherical potatoes and iridiscent kale and onions, pearls of the earth, and red, green, yellow, brown, russet, sweet, big bitter ripe pomillated apples and strawberries fit for princes and raspberries from their canes”, o aún mejor, el humor cantarino en esa deliciosa escena de ejecución en la que “the learned prelate knelt in a most Christian spirit in a pool of rain waiter”. Sí, allí me di cuenta de que Joyce debía verdaderamente haber empezado la vida como cantante, y un cantante muy tierno, y que — como ninguna voz puede resistir a las brutalidades de la vida sin quebrarse — se pasó a la pluma y el papel, pues así podía arreglar, en el debido silencio, las abundantes deficiencias de la vida, como si dispusiera joyas — joyas con una propensión por la caída.
Joyce, el hombre
Pero de Joyce, el hombre, una ha oído muy poco. Había visto una fotografía suya, el cuello bien alto escondiendo una garganta angosta, la barba, más frondosa esos días, descendiendo hacia el abismo escondido de su pecho. Me habían dicho que estaba quedándose ciego, y, en Norteamérica, supimos por Ezra Pound que “Joyce es el único hombre del continente que sigue produciendo, a pesar de la pobreza y la enfermedad, trabajando de ocho a dieciséis horas por día”. Había oído que, durante un buen número de años, Joyce enseñó inglés en una escuela de Trieste, y esto es casi todo lo que sabemos de sus hábitos, de lo que le gustaba y lo que no, nada, a menos que una se atreviera a sacar a algunas conclusiones por el número de hechos ocultos (bajo un número semejante de improbabilidades) en su torrencial Ulises. Y luego, un día, llegué a París. Sentado en el café Deux Margots, frente a la pequeña iglesia de St. Germain des Pres, vi acercarse, salido de la niebla y la basura, un hombre alto, con la cabeza levemente erguida y levemente doblada, ofreciéndole al viento una ordenada destemplanza de cabellos rojos y negros, que descendía bruscamente hasta la plataforma escasa de un mentón protuberante. Llevaba un abrigo azul gris, demasiado joven parecía, en parte porque había echado las solapas hacia atrás, en parte porque el cinturón que lo circundaba, estaba a dos pulgadas por encima de la cintura. Al momento de verlo, una observación como hecha por un místico pasó por mi cabeza: “un hombre a quien le han crucificado la sensibilidad más que a cualquier otro escritor de nuestra época”, y me dije — “esta es una manera extraña de reparar en un hombre a quien nunca había visto”. Como estaba al corriente de la supresión que The Little Review había hecho de Ulises, y del subsiguiente juicio, se sentó justo frente a mí, que estaba familiarizada con la historia, y pidió vino blanco. Empezó a hablar de inmediato. “Es una pena”, dijo, pareciendo elegir las palabras por su actualidad más que por lo oportuno, “ya que el público demandará y encontrará una moral en mi libro — o peor, acaso se lo tomen en serio, y, en honor a la caballerosidad, diré que no hay en él una sola línea en serio”. Por un momento se produjo un silencio. Sus manos, peculiarmente flojas en el apretón de manos inicial y peculiarmente pulposas, topándose con una espesura de la que la referencia no daba indicios, apoyadas, una en el cuerpo del vaso, la otra, olvidada, la palma hacia afuera, sobre el chaleco más encantador que mi felicidad había visto alguna vez: púrpura con ciervos que alternaban con cabezas de perros. Los ciervos, con pequeñas lenguas escarlata asomándose sobre unos labios superiores rubios, acabados en lana ligera, y los perros no más feroces o al acecho que cualquier otro buen animal que se aferre a su amo al cruzar los siete ciclos del año. Sonrió al ver mi admiración. “Hecho a mano por mi abuela para la primera cacería de la temporada” y se produjo otro silencio en el cual se las arregló para encender un cigarro. “Todos los grandes parlanchines”, dijo suavemente, “han hablado la lengua de Sterne, Swift o de la Restauración. Incluso Oscar Wilde. Él estudió la Restauración a través de un microscopio por la mañana y la repitió a través de un telescopio por la noche”.
“¿Y en Ulises?”, pregunté.
“Están todos allí, todos los parlanchines” respondió, “ellos y las cosas que han olvidado. En Ulises he registrado, simultáneamente, lo que un hombre dice, ve, piensa, y lo que este pensar, este ver, este decir, produce en eso que los freudianos llaman subconsciente — pero en lo que al psicoanálisis se refiere” se frena, “no es nada menos que chantaje”. Levanta los ojos. Hay algo borroso en ellos, — la misma palidez que vemos en las plantas largamente escondidas del sol, — y a veces una pequeña burla que se expresa en la cuesta y la curva de su labio superior. Su apariencia La gente dice que se ve triste y cansado a la vez. Se ve triste y se ve cansado, pero es la tristeza de un hombre que se ha ganado un permiso medieval para lamentarse fuera del tiempo y en ningún lugar; la fatiga de someterse a sí mismo a la creación del exceso que supera lo limitado. Si se me preguntara cuál me parece la pose más característica de James Joyce, debería decir que la cabeza; inclinada más allá del disgusto y no tan lejana como la muerte, pues la inclinación del displacer no es tan completa, pero lo único que lo es completamente, es la apariencia de animal afligido reflejada en su garganta. Aparte de esto, debería añadir, piensa en él como un hombre delgado pero pesado, bebiendo un ligero vino templado con labios casi escondidos en su alta cabeza estrecha, o fumando el cigarro eterno, sujeto apenas por encima del hombro, y sin moverse de allí hasta consumirse, la boca que lo recibe y se aparta de él para expulsar finas columnas de humo amarillo. Acaso uno debe conocerlo sin hacerle preguntas. Ha sido un placer para mí hablar con él muchas veces durante mis cuatro meses en París. Hemos hablado de ríos y de religión, del genio instintivo de la iglesia que eligió para el canto de sus himnos, la voz sin “matices” — la voz del eunuco. Hemos hablado de mujeres, sobre mujeres en las que parece un poco desinteresado. Sería egoísta de mi parte decir que les teme, pero estoy segura de que apenas es un poco escéptico respecto de su existencia. Hemos hablado de Ibsen, de Strindberg, Shakespeare. “Hamlet es una gran obra, escrita desde el punto de vista de un fantasma”, y sobre Strindberg, “no hay drama detrás del desvarío histérico”. Hemos hablado de la muerte, de ratas, de caballos, el mar; idiomas, climas y ofrecimientos. De artistas y de Irlanda. "Los irlandeses son un pueblo que nunca tendrá líderes, pues en su mejor momento siempre los abandonan. Han producido un esqueleto —Parnell—, nunca un hombre”. A veces su esposa, Nora, y sus dos niños, estuvieron junto a él. Niños enormes, casi tan altos como él mismo, y Nora camina bajo una fina cabellera roja, hablando con un acento que carga sobre sí todo el temor de Irlanda; Irlanda como un lugar donde la pobreza se ha convertido en el arte de la escasez. Un acento un poco más insolente que el de Joyce, que está tamizado por la preocupación. Joyce tiene pocos amigos, pero siempre está dispuesto a dejar su escritorio y su pijama por una noche, para ir a algún café cercano, para hablar sobre nada que sea “artístico” o “llamativo” o “novedoso”. Las visitas a menudo lo encuentran escribiendo hasta entrada la noche, o bebiendo té con Nora. Yo misma acudí a verlo una vez y lo encontré acostado de cuerpo entero, leyendo atentamente una valija llena de notas tomadas en su juventud para Ulises, — por lo que Nora dice, “es un gran fanatismo el que lo gobierna, y no llega a fin alguno”. Una vez estaba leyendo el libro de los santos (nunca se aleja de él) y murmuraba que el santo de aquel mismísimo día era “un demonio de persona por traernos la lluvia, y nosotros que queríamos ir a pasear”. Suceda lo que suceda, volverá por la noche, pues es simple, un erudito, y no vería nada objetable en los seres humanos si supieran quedarse en su sitio. Pero se lo ha llamado excéntrico, loco, incoherente, ininteligible, sí, y futurista. Uno se pregunta por qué, pensando en el fino comienzo lírico que esta flor rabelaisiana dio a Ulises, con un imparcial apéndice sobre el follaje, — el fino y dulce lirismo de Música de cámara, la inevitabilidad informal de Dublineses, la pasión y oración de Stephen Dédalus, ¿quién dijo que este hombre atravesaría el mundo solo?



“Solo, no solamente apartado de los demás, sino también sin siquiera un solo amigo”, y ha hecho, si admitimos que Joyce es Stephen, lo que dijo que haría. “No serviré a algo en lo que ya no creo, ya sea que lo llames mi casa, mi patria o mi iglesia: y procuraré expresarme en mi arte tan libre y completamente como pueda, usando en mi defensa las únicas armas que me permito usar, el silencio, el exilio y el ingenio”. De alguna forma éste es Joyce, y uno se pregunta si, al fin, Irlanda ha creado a su hombre."
Traducción: Martín Abadía


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Ya llega Bloomsday!




Si Ulysses fuera una ciudad, una ciudad justa...


Sebastián Lipina.


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DE CÓMO UN LECTOR DE ULISES SE CONVIRTIÓ EN UNO DE SUS TRADUCTORES

Marcelo Zavaloy, con la colaboración de Edgardo Russo, tradujo la versión de Ulises publicada por la editorial El Cuenco de Plata de Buenos Aires en el año 2015. Como en el caso de Salas Subirat, el otro argentino que tradujo el Ulises, no se trata de un académico especializado en literatura o traducción. Básicamente se trata de un lector que prácticamente fue devorado por la novela en un intento doméstico de compartir un extracto con su esposa. La historia de Zavaloy es un ejemplo paradigmático del sentido que buscábamos darle a este Bloomsday 2021: celebrar la experiencia de lectura del Ulises. ¿Acaso hay una experiencia más extraordinaria para celebrar una novela que leerla en su idioma original y traducirla casi como un ejercicio natural de lectura obsesiva? En la entrevista que les compartimos en este último posteo antes de la celebración del Bloomsday, Zavaloy comparte su historia, la de una experiencia de lectura del Ulises que lo llevó a generar una nueva versión en castellano rioplatense, para el disfrute de otros lectores. 
Que la disfruten.

¡Hasta Bloomsday! 

Natalia y Sebastián

PD: Recuerden compartir sus videos en la Biblioteca Virtual. Esperamos ansiosos sus aportes. 

LINK A LA ENTREVISTA:


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En la Revista de la Biblioteca Virtual pueden encontrar todo el material recopilado que fueron enviando los miembros de la Biblioteca desde el mes de abril con motivo del Bloomsday.
El miércoles 16 de junio esperamos sus lecturas y les recordamos los términos de la convocatoria:
Deben grabar un video de no más de 5 minutos en el que:
(1) lean alguna parte de la novela, comenten sobre la obra, su autor e incluso sobre sus experiencias de lectura;
(2) que luego suban el video a su muro personal;
y (3) que desde sus muros, el 16 de junio compartan el video en la página de Facebook de la Biblioteca Virtual.
De esta forma, durante el 16 de junio tendremos oportunidad de celebrar Bloomsday disfrutando de todas las intervenciones.
Por último, el premio para sortear entre quienes participen del Bloomsday virtual será un libro a elección de quien gane, por el valor de la edición de Ulises traducida por Costa Picazo y también de regalo un mandala hecho por Daniela Pacilio.

Cartelera de la Biblioteca Virtual

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ANUNCIO DE BLOOMSDAY 2021 DE LA BIBLIOTECA VIRTUAL EN LA AGENDA DEL JAMES JOYCE CENTER DE DUBLIN


ULYSSES: SHARING FRIENDSHIP THROUGH A BOOK - ARGENTINA







The Virtual Library celebrates Bloomsday virtually for the second year in a row. The celebration will take place between April 19 and June 16. We will weekly publish material related to the novel, James Joyce, the history of the publication of the book, its celebrations around the world, and the dissemination of readings, conferences, and art exhibitions by other organizations such as the James Joyce Center (Dublin) and the Rosenbach Library (Philadelphia). The more than 1,400 members of the Library will be invited to make recordings of readings, comments, talks and artistic exhibitions to upload on June 16. The common objective that unites these activities is to stimulate the reader's connection with the story, its characters, its author and the transformation that the experience of that reading generates in millions of readers around the world.



El James Joyce Center de Dublin, epicentro de la celebración de Bloomsday a nivel internacional, acaba de publicar el anuncio de las actividades que realizamos en la Biblioteca Virtual para celebrar el Ulises. Esto tiene varios significados posibles, pero en principio significa que todos la información que ya hemos compartido y comentado, así como los videos y demás material que subamos mañana, podrán ser vistos por cualquier persona en el mundo que sea alcanzada por la difusión de las actividades a través de la agenda de eventos globales del James Joyce Center. ¡Nos vemos mañana!
Natalia y Sebastián.








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