Por Natalia Reynoso Renzi
El
Festival de Bloomsday es un carnaval literario que se celebra en
diferentes ciudades del mundo en honor a James Joyce y a su novela
Ulises, cuya historia se desarrolla en la ciudad de Dublín, básicamente
el día 16 de junio de 1904. En cada ciudad en la que se realiza el
festival los 16 de junio se despliegan distintas actividades que
incluyen reuniones en bares, calles, centros culturales e instituciones
académicas. En estos encuentros, lectores de toda proveniencia celebran
la novela leyendo alguna de sus partes favoritas. También se llevan a
cabo otras actividades como encuentros académicos o tours por los
lugares de la ciudad de Dublín referidos en la novela, durante los
cuales muchos dublineses se visten a la manera en que lo hacían Leopold y
Molly Bloom –dos de los tres personajes principales de la novela.
El
año pasado, como consecuencia de la pandemia por el COVID-19, en muchas
ciudades se organizaron celebraciones virtuales. Un miembro de la
Biblioteca Virtual, Sebastián Lipina, pensó que desde este espacio se
podría realizar una celebración propia y así se hizo. Ahí tuve la
oportunidad de conocer a otras personas que se consideraban tan amigas
del Ulises como yo. Me sorprendieron las coincidencias con gente que no
conocía y que lo único que nos unía era una actividad tan solitaria como
leer un libro con fama de críptico; no esperaba que el intercambio se
sostuviera en los recuerdos afectivos con la historia, los personajes,
el autor y la transformación que la experiencia de esa lectura nos había
dejado.
Quiero
aclarar que yo no leí el libro de una sola vez, lo fui haciendo de año
en año, me animó a seguirlo de esa manera saber que en un principio las
editoras habían podido publicarlo por capítulos, así que tomé esta
dificultad de edición en una ventaja como lectora, y me serví de la guía
de Francisco García Tortosa, que también es el traductor, junto con
María Luisa Venegas Lagüéns, de la versión de Cátedra que tengo. Hubo
años en que no lo leí, y otros en que avancé con más de un capítulo,
subiendo y bajando por los que había leído antes, con ayuda de la
introducción. La celebración de Bloomsday del año pasado me llevó a
revisar el conjunto que había leído por intermitencias y hacerme una
impresión general. Ese acontecimiento fue un paso más en mi relación con
Ulises, y me animó a participar otra vez en este encuentro virtual,
implicándome en la organización con Sebastián.
Para
esta edición, me gustaría que además de los amigos y amigas del Ulises
de siempre, es decir, las personas que ya leyeron el libro y se alegran
cuando conocen a alguien que también lo hizo, se acerquen también a la
celebración las que lo empezaron y lo dejaron, las que todavía no se
animaron y las que piensan que no lo podrían leer, porque creen que es
un libro sólo para literatos pretenciosos. Démonos permiso para ser eso
también, al menos por un día, es un carnaval, disfracémonos juntos. No
olvidemos que detrás de esa dificultad que atraviesa al Ulises están los
ecos de las carcajadas de Joyce, doblado sobre su lupa, burlándose de
sí mismo por querer describir la complejidad de la vida en este mundo
imperfecto, con una herramienta cargada de impericias y malentendidos
como es el lenguaje ¿Quién no se impuso alguna vez desafíos que parecían
imposibles? ¿Alguna vez consiguieron llevarlos adelante? Joyce lo hizo,
se merece un brindis desbordante por ese juego.
El
16 de junio vendría a ser el cumpleaños del Ulises, ¿verdad que las
personas que asisten a una fiesta de cumpleaños no son solamente las
amigas de toda la vida? A mí me ha pasado de ser una recién conocida de
alguien que me invitó a su cumpleaños y que pasada la fiesta, como se
habían acabado todos los medios de transporte para volver a casa, me
invitó a dormir. Al día siguiente desayuné con su madre y su hermano,
así crecen los círculos, no hacen falta que sean cerrados, pueden ser
concéntricos. La idea sería que, si alguna vez se animaron al Ulises, lo
retomen en el capítulo que lo dejaron, o en un trozo que les haya
gustado y nos lean un trocito en video, algunos párrafos en cinco
minutos. Si quieren, cuenten qué les sugiere, a qué les hace acordar. El
Ulises puede llegar a perdernos en una trampa tan abstracta que la
única salida que nos queda es encontrarnos en una palabra, un color, una
espuma, un juego de espejos al afeitarse, un olor a jabón de limón o de
riñones a la plancha.
Si
nos seguimos hasta el 16 de junio, que es el día de la celebración, en
el transcurso de las comunicaciones vamos a ir recolectando material que
tiene que ver con el libro, con su autor, con las celebraciones en
otros sitios, con las viejas amistades que se fueron estrechando al
libro y, sobre todo, con guías de lectura que, como bien nos demostró
Dante de la mano de Virgilio, son indispensables para avanzar, si
queremos mantener la orientación durante el paseo por los círculos del
Infierno. El dieciséis todos los videos saldrán juntos en la Biblioteca
Virtual y, al final del día, de ser técnicamente posible haremos un vivo
entre los que tengamos ganas de conversar y vernos las caras. Si no
fuera técnicamente posible buscaremos una alternativa para hacerlo y
compartirlo.
Como
les contaba al principio, el Ulises es un libro que comencé a leer a
los 20 años y que siempre estuvo ahí, esperándome con paciencia hasta
los cuarenta, ¿Por qué no habría de tenérsela yo a él? ¿Alguna vez
tuvieron un amigo o amiga difícil e insoportable que a la vez era capaz
de dejar caer frases y ocurrencias cargadas de una felicidad y belleza
inesperadas? Con el Ulises pueden llegar a disfrutar de ese tipo de
vínculo sin correr el riesgo de enredarse en una relación cargosa, vale
la pena, el humor de Joyce es el líquido sobre el que se mueve una
bestia caprichosa de más de novecientas páginas, que lleva más de un
siglo dando que hablar, déjense mojar por esa gracia. Hay mil cosas en
la vida que son complicadas y las hacemos igual. ¿Por qué no regalarnos
la lectura de un libro precioso? ¿Se les ocurre de alguien más que pueda
tolerarles una procastinación de veinte años? No se lo pierdan, podemos
ir en grupo.
Como
última cosa dejé un detalle que les puede interesar: con Sebastián
decidimos que, este año, el premio para sortear entre quienes participen
del Bloomsday virtual sea un libro a elección de quien gane, por el
valor de la edición de Ulises traducida por Costa Picazo (ISBN
978-987-628-467-7). Los requisitos para sumarse son relativamente
sencillos: deben grabar un video de no más de 5 minutos en el que: (1)
lean alguna parte de la novela, comenten sobre la obra, su autor e
incluso sobre sus experiencias de lectura; (2) que luego suban el video a
su muro personal; y (3) que desde sus muros, el 16 de junio compartan
el video en la página de Facebook de la Biblioteca Virtual. De esta
forma, durante el 16 de junio tendremos oportunidad de celebrar
Bloomsday disfrutando de todas nuestras intervenciones. Por último,
quienes participen de la experiencia enviando sus videos recibirán de
regalo un mandala hecho por Daniela Pacilio.
Un abrazo
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